Un estudio universitario halla un mayor riesgo de mortalidad por accidente de tráfico para los obesos

Los datos recopilados por la revista Emergency Medicine Journal en un informe del Centro de Educación e Investigación sobre Seguridad en el Transporte de la Universidad de California han determinado que las personas con sobrepeso u obesas tienen muchas más probabilidades de morir en accidentes de tráfico que las personas que no son obesas. El blog Safe Travels del New York Times informó de que los investigadores tomaron la información del Sistema de Informes de Análisis de Fatalidades, supervisado por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera. Esta información se utilizó también junto con las clasificaciones de la obesidad estipuladas por la Organización Mundial de la Salud. Con un total de más de 41.000 colisiones automovilísticas, se dividió a los conductores en cuatro grupos que clasifican los distintos tipos corporales según el índice de IMC. De los más de 5200 conductores de los que los investigadores obtuvieron información, el 3 por ciento de los conductores implicados en accidentes tenían un IMC inferior al 18,5 por ciento. El 46 por ciento de los conductores tenía una masa corporal normal de entre el 18,5 y el 24,9 por ciento. El 33 por ciento estaban clasificados como con sobrepeso y el 18 por ciento de los conductores están clasificados por la escala de IMC como obesos. Aunque las tasas de mortalidad en todos los accidentes estudiados fueron las mismas para las tres primeras categorías de tipo corporal, los conductores obesos tuvieron una mayor incidencia de víctimas mortales. Algunos conjeturan que entre los factores que contribuyen a ello se encuentran la mala salud y el diseño de los vehículos, aunque sigue sin estar clara una explicación definitiva de esta correlación. Los investigadores del Centro de Investigación y Política de Lesiones han sugerido un par de factores que pueden aumentar el riesgo de mortalidad en accidentes de coche para los conductores obesos. El primero es que el cuerpo de una persona obesa puede moverse más en un accidente antes de que pueda engancharse el cinturón de seguridad. En casos de obesidad extrema, las personas obesas suelen ir sin cinturón de seguridad o no pueden ponérselo correctamente. El uso del cinturón de seguridad no se utilizó para determinar la muerte en accidentes. Además, otras cuestiones que no se tuvieron en cuenta fueron el uso de airbags, la alcoholemia y el tipo de vehículo implicado en el accidente, la edad y el sexo del conductor y si los accidentes fueron consecuencia de una colisión frontal. Los investigadores añaden que, aunque los vehículos protegen mejor a los maniquíes de pruebas de choque, éstos suelen estar diseñados para reflejar a un adulto o niño normal y no a alguien con sobrepeso u obeso. Esto también puede plantear problemas si se tiene en cuenta que los CDC calculan que más de un tercio de todos los adultos pueden ser obesos. Estados como Luisiana, Alabama, Arkansas, Oklahoma, Michigan, Indiana y Carolina del Sur tienen algunas de las tasas más altas de obesidad de todo el país. Algunos investigadores calculan que los niveles de obesidad aumentarán hasta el 60% de la población estadounidense ya en 2030.

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