Se ha demostrado que un poco de ejercicio ayuda a evitar la conducción somnolienta
Cada año mueren personas en accidentes de coche evitables, causados por un conductor somnoliento o fatigado. Sin embargo, una nueva investigación demuestra que hacer ejercicio puede ayudar a prevenir la conducción fatigada. La investigación indica que quienes hacen ejercicio más a menudo tienen una probabilidad mucho mayor de gozar de buena salud y de dormir mejor, en comparación con las personas que no hacen ejercicio. La investigación procede de una encuesta de 2013 sobre el Sueño en América que realizó la Fundación Nacional del Sueño. Más de 1.000 personas participaron en la encuesta. La edad de los participantes oscilaba entre los 23 y los 60 años. Cada persona que participó en la encuesta enumeró su grado de actividad física y calificó su propio nivel de actividad física caracterizándolo como «sin actividad», «ligero», «moderado» y «vigoroso». Los individuos que declararon que no tenían «ninguna actividad» eran más propensos a padecer trastornos del sueño. Alrededor del 50% de estos participantes declararon que se despertaban durante la noche. Además, cerca del 25% de estos individuos declararon que tenían problemas para volver a dormirse después de despertarse casi todas las noches. Los individuos que declararon que no hacían ejercicio físico eran más propensos a padecer apnea del sueño, lo que puede significar que son más propensos a quedarse dormidos durante el día, cuando es más probable que estén conduciendo. Sin embargo, los individuos que declararon que hacían ejercicio eran más propensos a tener mejores hábitos de sueño. Por ejemplo, los participantes que declararon que su nivel de actividad física era «vigoroso» tenían dos veces más probabilidades de dormir bien por las noches, en comparación con los participantes que declararon que no realizaban ninguna actividad física. Los participantes que hacían ejercicio vigoroso declararon que dormían bien todas las noches o la mayoría de las noches de la semana. La mayoría también declaró que no tenía problemas para despertarse pronto o volver a dormirse después de despertarse. Las personas que padecen apnea del sueño u otros trastornos del sueño pueden tener un mayor riesgo de provocar un accidente de tráfico. La investigación indica que incluso un poco de ejercicio puede tener un efecto positivo en los hábitos de sueño de las personas, lo que a su vez puede convertirlas en conductores más seguros.
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